Mantener una buena hidratación es esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo. El agua no solo calma la sed, también participa en casi todos los procesos vitales. Desde regular la temperatura hasta ayudar a transportar nutrientes, el agua es un recurso indispensable para la salud.
Regula la temperatura corporal
El agua permite que el organismo libere calor a través del sudor, evitando el sobrecalentamiento.
Favorece la digestión
Beber suficiente líquido ayuda a descomponer los alimentos y facilita el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento.
Mejora el rendimiento físico y mental
La deshidratación, incluso en niveles leves, puede causar fatiga, dificultad para concentrarse y menor resistencia al hacer ejercicio.
Protege la piel
Una correcta hidratación contribuye a que la piel se mantenga elástica y con aspecto saludable.
Elimina toxinas
A través de la orina, el agua ayuda a depurar el cuerpo de desechos y sustancias innecesarias.
La cantidad varía según la edad, el peso, el nivel de actividad y el clima. Sin embargo, una recomendación general es:
Mujeres adultas: alrededor de 2 litros (8 vasos) diarios.
Hombres adultos: alrededor de 2.5 litros (10 vasos) diarios.
También es importante recordar que no solo el agua pura cuenta: frutas, verduras, infusiones y sopas aportan líquidos que contribuyen a la hidratación diaria.
Lleva siempre contigo una botella reutilizable.
Establece recordatorios para beber agua durante el día.
Aumenta tu consumo de agua en climas calurosos o al hacer ejercicio.
Prefiere agua natural sobre refrescos o bebidas azucaradas.
